Mueves el mundo
ventana a ventana,
reniegas tu propia existencia.
Leo, recito,
cuento las horas perdidas,
mi corazón,
sabrosa esperanza
realza su último latido.
Me mientes, no te creo.
Mientes y te observo,
mismo material:
un sueño. Las nubes,
cabreo permitido.
Me mojo, me mojo.
Me mojo, respiro...
Robo las gotas,
cada canción,
cada minuto,
cada suspiro.
Montañas de seda,
viento raspeo,
diluvios de azúcar,
torreones sorpresa.
Palabras sueltas y
mentiras serenas:
poema de crema.
Tus palabras me dan compañía
ResponderEliminarquerido hermano, la sangre no es la misma
pero el corazón nos guía.
Tus palabras me dan compáñía,
Venus no es mi planeta,
vengo de Saturno, de donde no quiero volver.
Ojala pudiera establecer allí mi vida humana
comenzar desde un principio, sin pensar en el fin.
No dejes de plasmar lo que en tu pensamiento te incomoda.
"Lees, recitas y cuentas las horas perdidas mientras tu corazon esperanzado realza su ultimo latido".
ResponderEliminarCreo que tus versos no estan tan escondidos.
Muy bueno este poema de crema (no se si de chocolate o de vainilla), pero dulce sin duda.
Saludos amigo. Te sigo.